Los medios de comunicación y el discurso oficial siguen negando la existencia y el accionar de las estructuras paramilitares mientras éstas, gracias a ese encubrimiento, actúan con más descaro y seguridad. El Presidente Santos acaba de promover a los comandantes de la Brigada XVII y de la Policía de Urabá, quizás por haber servido eficazmente de apoyo y protección a esas estructuras paramilitares, mientras le miente al país y al mundo afirmando que ya no existen.

Nuestra Comunidad de Paz deja constancia nuevamente ante el país y el mundo de sus últimas acciones:

  • El miércoles 11 de enero de 2012, a cinco minutos del caserío de San José de Apartadó, a las 17:45 horas, fue ejecutado el campesino GUSTAVO GUZMÁN URREGO. Los tiros fueron escuchados claramente desde el asentamiento de San Josesito, sede principal de nuestra Comunidad de Paz, por lo cual miembros de la Comunidad verificaron rápidamente la información y se comunicaron con la Defensoría del Pueblo para solicitarle que diligenciara el levantamiento del cadáver. La Defensoría reportó el hecho a la fuerza pública y se le respondió que “no sabían nada de lo ocurrido”, a pesar de la intensa presencia militar y policial en el caserío. El cuerpo de Gustavo duró más de 20 horas en el lugar de su ejecución, como ha ocurrido en otros numerosos casos y como una muestra más de humillación a la víctima y de desconocimiento de su dignidad humana. La fuerza pública alegaba que no encontraban el cadáver, mientras éste yacía a la vista de todo el mundo.
  • Entre los días sábado 14 y miércoles 18 de enero de 2012, grupos de paramilitares con uniformes de camuflado y armas largas, provenientes de la base paramilitar de Nuevo Antioquia, que ha gozado de protección oficial durante más de 15 años, incursionaron nuevamente en las veredas La Esperanza (de nuestra Comunidad de Paz) y El Porvenir. En ambos sitios visitaron las casas de los campesinos y anunciaron que va a asesinar a más gente y que tienen que exterminar a la Comunidad de Paz, pues es para ellos, actualmente, el único estorbo que encuentran en la zona. Afirmaron, además, que sus acciones están siendo coordinadas con la fuerza pública a fin de patrullar conjuntamente las veredas y que los campesinos que se nieguen a trabajar con ellos como informantes tendrán que abandonar las zonas o asumir las consecuencias. Dijeron también que actualmente hay en el área unos 500 paramilitares pero que muy pronto serán más, pues se están reforzando.
  • El martes 17 de enero de 2012, a las 17:00 horas, cuatro personas fueron detenidas arbitraria e ilegalmente por la fuerza pública, en el caserío de San José de Apartadó, y acusadas sin fundamento alguno de haber participado en la ejecución de Gustavo Guzmán el 11 de enero. La Comunidad le solicitó a la Defensoría del Pueblo que verificara los motivos y la legalidad de dichas detenciones, pero la Defensoría no dio respuesta alguna. Después de algunas horas los detenidos fueron dejados en libertad, lo que evidencia aún más la arbitrariedad e ilegalidad de los procedimientos que se están utilizando contra el campesinado de la zona.
  • El viernes 20 de enero de 2012, otro grupo de paramilitares salió de la vereda Playa Larga, de la finca La Marina –propiedad de los paramilitares- aproximadamente a las 8:00 horas, y subió hasta la vereda La Esperanza ubicándose por un tiempo en los predios de la Comunidad de Paz. Allí profirieron nuevas amenazas contra la Comunidad, anunciando su exterminio, y luego continuaron su recorrido. Ese mismo día otro grupo paramilitar hizo presencia en la vereda El Porvenir.

Los hechos evidencian, una vez más, que nada ha cambiado. El Estado sigue amparando y reforzando el paramilitarismo, encubriendo las ejecuciones y pisoteando la libertad y los derechos fundamentales de las personas, sin que los organismos de control actúen en su defensa y la impunidad continúe afirmándose en forma rampante.

Continuamos, como siempre, defendiendo la vida y los derechos fundamentales de los integrantes de nuestra Comunidad de Paz y del campesinado de nuestro entorno, sabiendo que para ello contamos con el respaldo moral de numerosas personas, en el país y en muchos rincones del mundo, que aún conservan principios éticos y a los cuales agradecemos, una vez más, su solidaridad incondicional.

Comunidad de Paz de San José de Apartadó

Enero 26 de 2012