La Comunidad de Paz de San José de Apartadó nuevamente quiere dejar constancia ante el país y el mundo de las violaciones a sus derechos, perpetradas por agentes directos e indirectos del Estado en las últimas semanas.

Durante todos estos años han sido evidentes y atrevidas las formas mediante las cuales el Estado ha querido aniquilarnos. Todas sus actuaciones criminales, que permanecen en total impunidad, revelan también la podredumbre de la justicia y evidencian una perversidad tal, que han querido presentar al victimario como víctima y a la victima como victimario, estrategia diseñada para distorsionar la verdad ante el mundo y afianzar sus estructuras de muerte.

Dejamos constancia de los últimos hechos:

  • El viernes 23  de julio de 2010, hacia las 14:00 horas, grupos paramilitares ingresaron al asentamiento de Alto Joaquín, integrante de nuestra Comunidad de Paz, y le dijeron a las familias nuevamente que  debían abandonar sus tierras, pues ya no les pertenecían a sus dueños sino a los paramilitares y a quienes se les sometan. En la misma fecha fue entregada a las diversas familias una comunicación del Ministerio de Minas y Energía, en la cual se advertía que iban a elevar los niveles de la represa de Urrá y que por lo tanto debían salir de la zona; que si no lo hacían, ellos no responderían por lo que pudiera ocurrir. Estos hechos revelan una estrecha coordinación entre el Gobierno y los paramilitares.
  • El martes 27 de julio de 2010, hacia las 15:00 horas, en los barrios Policarpa y Veinte de Enero, de Apartadó, los paramilitares hicieron reuniones con los pobladores diciéndoles que estaba prohibido subir hacia San José; que tenían una lista de personas para asesinar, tanto del caserío de San José como de la Comunidad de Paz.
  • Los días domingo 25 de julio a las 9:00 horas; lunes 26 de julio a las 14:00 horas y viernes 30 de julio a las 14:00 horas, la Policía hizo retenes con empadronamientos contra miembros de la comunidad, en la salida de Apartadó hacia San José, actuando en forma ilegal y desconociendo los fallos de la Corte Constitucional.
  • El lunes 2  de agosto de 2010, hacia las 14:00 horas, miembros de la Comunidad de Paz en la vereda La Unión procedieron a tapar trincheras que el Ejército había hecho en medio del territorio de la Comunidad a la vez que  había derribado las vallas de señalización de los espacios de la Comunidad de Paz. Una hora después del trabajo comunitario para restablecer lo que el Ejército había destruido, cuando  la Comunidad fue a tomar fotografías de constancia, los militares que estaban allí alegaron que eso era para proteger a la comunidad, pero cuando los pobladores les preguntaron si pensaban que a la Comunidad se le protegía robándole su tierra y abriendo trincheras, comenzaron a insultar a los miembros de la comunidad y afirmaron que  por eso no cuidaban esa comunidad que era guerrillera. Al pedírsele los nombres y rangos, daban otros diferentes a los que tenían inscritos en el pecho, haciéndolo en forma burlesca.
  • Los días miércoles 4 y viernes 6 de agosto de 2010, en horas de la mañana, medios de comunicación afirmaron que el Coronel Germán Rojas había instaurado una demanda por calumnia, injuria y amenazas de muerte contra sus tropas en la vereda La Unión, contra un joven de apellido Tuberquia quien los había insultado y amenazado. El jueves 5 de julio la Defensoría del Pueblo interrogó a miembros del Ejército sobre las irregularidades cometidas contra la comunidad el lunes 2 de agosto en la vereda La Unión; la respuesta del Ejército fue que sus tropas no estaban allí y que no existía ningún problema.

La mentira y la forma de distorsionar los hechos constituyen ya prácticas rutinarias en el Ejército y de ello ha sido víctima por muchos años nuestra Comunidad de Paz. El Coronel Germán Rojas, comandante del Batallón Voltígeros de la Brigada XVII, quien se vanagloria de trabajar con personas ligadas al paramilitarismo y de extorsionar gente para que le ayude a exterminarnos, de nuevo vuelve a mentir, amparado, como lo sabe, por instancias judiciales que solo guardan silencio y se alían con él para dejar todo en impunidad. Sin embargo, sabemos que la justicia universal avocará un día los crímenes de estas personas que han desconocido y pisoteado todos nuestros derechos humanos en forma sistemática, haciéndose convictos de crímenes de lesa humanidad.

Las acciones de desplazamiento planeadas por el Gobierno, que ya en su descaro no oculta sus relaciones con los paramilitares, y de las cuales por más de trece años hemos dejando constancia ante todas las instancias nacionales e internacionales, constituyen a todas luces crímenes de lesa humanidad. Los paramilitares hablan de arrasarnos y actúan con total descaro e impudicia sin ocultar el interés de apoderarse de nuestras tierras para entregárselas luego a empresarios que gestionan megaproyectos.

La lógica de la muerte, del despojo, del atropello, del desconocimiento de toda norma legal y ética, vuelve a afirmarse con arrogancia. Se equivocan, sin embargo, quienes creen que cederemos en nuestros principios; en la defensa de la tierra y de la naturaleza. Creemos firmemente en la vida y por ello no utilizamos armas ni claudicamos ante ellas. La muerte y la mentira esgrimidas por los agentes directos e indirectos del Estado nos ha asediado siempre buscando destruirnos. Pero la Vida siempre estará por encima de todas esas estrategias de muerte y de exterminio. Esa es la Esperanza que nos invade, haciendo realidad, desde ya, el triunfo de  la Vida sobre la Muerte.

Desde esa Esperanza rechazamos con todas nuestras energías la militarización; el robo de nuestros espacios; el despojo nuestras tierras y de nuestra dignidad; la colocación de trincheras en medio de nuestras viviendas como si fuéramos guerreros. Acudimos a  todos aquellos que viven la Esperanza y que desde ella se oponen a esta lógica de muerte, para que nos apoyen con su solidaridad y se evite el robo de nuestras tierras, el desplazamiento, el exterminio y la humillación permanente.

COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSE DE APARTADO

AGOSTO 9 DE 2010