Nuevamente nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de dejar constancia ante el país y el mundo del asedio criminal del cual es víctima por parte del Estado colombiano.

La avanzada criminal del paramilitarismo, en unidad de acción con la fuerza pública, nunca ha sido un secreto para los pobladores de la región, pero en los episodios que relatamos los militares se quitan varias máscaras y reconocen abiertamente el control paramilitar de la zona donde ellos se mueven, con evidente aquiescencia suya, y destapan sin pudor alguno sus estrategias para involucrar a la población civil en el conflicto armado, con mecanismos maquiavélicos de cooptación, contra todo lo prescrito por la Constitución Nacional y por los instrumentos internacionales de derechos humanos. Es, a todas luces, un Estado que se deslegitima más y más con pleno descaro.

Los últimos episodios son estos:

  • El domingo 17 de junio de 2012 varias organizaciones internacionales que hacían presencia en la zona, pudieron comprobar en directo el paso de 13 paramilitares por las veredas Playa Larga y La Esperanza, de San José de Apartadó. Los armados arriaban una recua de mulas cargadas con víveres para cerca de 200 paramilitares que se habían instalado en los alrededores del caserío de La Esperanza, de nuestra Comunidad de Paz, desde el 13 de junio. Pobladores del caserío Nuevo Antioquia, del municipio de Turbo, informaron que el día siguiente, lunes 18 de junio, otro grupo de paramilitares salió de ese poblado con otra recua de mulas cargadas con alimentos y municiones con destino a los campamentos que los paramilitares han instalado en las veredas El Porvenir y La Esperanza, atravesando por Playa Larga.
  • El sábado 23 de junio de 2012, en horas de la mañana, fue visto un grupo de paramilitares que transitaba por el camino que de la vereda La Esperanza conduce a la vereda Playa Larga. Una hora después fue visto un grupo de militares que venía de Nuevo Antioquia, pasó por la vereda Playa Larga y llegó a la vereda La Esperanza. Es, pues, evidente, que militares y paramilitares comparten ese territorio de manera coordinada, como se ha comprobado en el pasado multitud de veces.
  • El miércoles 27 de junio de 2012 la Comunidad de Paz había convocado a los campesinos de los alrededores de La Esperanza a una reunión, con el fin de analizar la grave situación de control paramilitar de la zona que se viene viviendo allí. A las 18:00 horas, cuando se desarrollaba dicha reunión, se presentó un grupo de militares y convocó a los campesinos a otra reunión, estando a 10 minutos de dos campamentos paramilitares sin que los militares los atacaran. El SUPERINTENDENTE GARCÍA, quien se presentó como miembro del Batallón Vélez de la Brigada XVII en su puesto de mando de Nuevo Antioquia, expuso allí el plan del Ejército para involucrar al campesinado de la zona en el conflicto, utilizándolos como informantes. Les anunció que realizarán un censo poblacional para controlar a toda la población de la zona; que buscan una integración estrecha entre el Ejército y la población civil, organizando partidos de fútbol conjuntos y brigadas de salud; que van a involucrar a todo el campesinado en labores de inteligencia, colocando puestos fijos para el monitoreo de la zona; que las informaciones suministradas por los campesinos se complementarán con las suministradas por aviones de inteligencia y la que entreguen las tropas que recorren la zona; que van a coordinar con los campesinos la comercialización de sus productos agrícolas tales como el maíz, el cacao, el aguacate, el fríjol y el arroz, entre otros, para lo cual pidió colaboración en la construcción de la carretera que viene de Nuevo Antioquia y que pasará por Playa Larga y La Esperanza, proyecto en el cual están ya empeñados los alcaldes de Apartadó y Turbo, con grandes aportes de los paramilitares, como ya se sabe de acuerdo a reuniones y propuestas que han sido denunciadas. En su exposición ante los campesinos, el SUPERINTENDENTE  GARCÍA afirmó que es un hecho que las veredas La Esperanza, El Porvenir, Playa Larga, Caraballo y el corregimiento de Nuevo Antioquia, están hoy día controladas por la estructura paramilitar AUTODEFENSAS GAITANISTAS DE COLOMBIA – AGC- y que las demás veredas del corregimiento de San José de Apartadó están controladas por la guerrilla. Quedó, pues, revelado y reconocido un plan militar de involucramiento de la población civil en el conflicto, abierta y flagrantemente anticonstitucional, con mecanismos vedados por la Corte Constitucional como los empadronamientos, con la militarización abusiva de las actividades productivas y sociales y con el reconocimiento de la unidad de acción entre militares y paramilitares.
  • El jueves 28 de junio de 2012, hacia las 11:30 horas, cuando miembros del Consejo Interno de nuestra Comunidad de Paz, con acompañantes internacionales y observadores de organismos intergubernamentales de Naciones Unidas, se desplazaron de la vereda La Esperanza a la vereda El Porvenir, con el fin de verificar las condiciones de seguridad de familias que antes habían sido secuestradas y amenazadas por los paramilitares, se percataron de que habían sido seguidos por 50 hombres fuertemente armados con armas de uso privativo del Ejército Nacional, quienes se identificaron ante los observadores internacionales como “Fuerzas Gaitanistas de Colombia” y en su presencia amenazaron de muerte al campesino Fabio Graciano, obligándolo a desplazarse. El hecho fue presenciado por integrantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados –ACNUR-, quienes se encontraban en la zona realizando un monitoreo sobre prevención al desplazamiento forzado. Al visitar otras viviendas, los funcionarios de ACNUR pudieron comprobar otros casos de desplazamiento forzado en la zona a causa del accionar conjunto militar / paramilitar y de la desprotección total por parte de los demás órganos del Estado frente a ese accionar conjunto. Nuestra comunidad espera que ACNUR, en sus instancias nacionales e internacionales, cumpla con sus objetivos fundacionales de contrarrestar y prevenir el desplazamiento forzado y de proteger a la población victimizada por ese crimen.
  •  El mismo jueves 28 de junio de 2012, un paramilitar se acercó a una vivienda campesina en la vereda La Esperanza, afirmando que estaba “extraviado” en la zona y se mantuvo allí durante medio día. Los campesinos le pidieron retirarse de su parcela, pues por allí no se permite circulación de armas según los principios de la Comunidad y le sugirieron dirigirse a una tropa militar que estaba acantonada a 15 minutos de allí. El paramilitar respondió que ciertamente ellos (los militares) eran sus patrones, pero que él no tenía en el momento orden de acercarse a ellos.

Ya la Defensoría del Pueblo nada hace contra el paramilitarismo en la zona; los otros organismos de control, como Fiscalía y Procuraduría, menos; la fuerza pública aparece en abierto e impúdico maridaje con ellos; la Presidencia de la República y los ministerios pertinentes agudizan su ceguera y sordera funcionales. Los organismos internacionales se hunden en la diplomacia. Nuestra desprotección es total pero seguimos confiando en el apoyo nacional e internacional de quienes no han perdido su conciencia y sus principios éticos. Con ellos continuamos destapando tanta podredumbre.

Comunidad de Paz de San José de Apartadó

Julio 4 de 2012