Hace solamente 24 horas dejábamos otra constancia ante el país y el mundo, en la cual denunciábamos nuevas y más descaradas incursiones paramilitares en nuestros espacios de vida y trabajo como Comunidad de Paz, espacios que hemos suplicado en todos los tonos, desde hace 16 años, que se respeten y se mantengan ajenos a las armas y a las estrategias de muerte.
Lo hemos hecho con pleno derecho, fundados no sólo en convicciones éticas universales que merecen respeto, sino también en principios constitucionales que hacen de la paz “un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. Por eso nos queda imposible entender la conciencia de un Presidente que supuestamente juró defender la Constitución y que ha cerrado sus ojos, sus oídos y su conciencia ante los legítimos clamores para que cumpla sus obligaciones constitucionales e impida el horroroso despliegue paramilitar que invade y asedia nuestros asentamientos de paz.
El Presidente Santos sabe de sobra que la Brigada XVII del Ejército, acantonada en Carepa, Antioquia, está fusionada desde hace décadas con estructuras paramilitares que han inundado de sangre y de crímenes la región; sin embargo no ha hecho absolutamente nada para intervenir, sancionar, depurar y transformar ese nido del crimen y la muerte. El Presidente lo sabe de sobra, porque organismos internacionales, misiones diplomáticas, instituciones humanitarias, gobiernos extranjeros, comunidades de numerosos países, le están suplicando permanentemente que cese la criminal persecución contra nosotros a través de sus huestes paramilitares que inundan el territorio encomendado a la Brigada XVII, pero él no hace caso. No puede ser ignorancia porque todos los hechos criminales perpetrados conjunta y coordinadamente por militares y paramilitares los hemos registrado y los hemos puesto en rápido conocimiento del despacho presidencial. No queda sino la hipótesis de la mala voluntad y de la complicidad consciente con la barbarie.
Los hechos que hoy entregamos, como constancia histórica, al país y al mundo, continúan demostrando con plena evidencia la estrecha coordinación, en el crimen, entre los efectivos de la Brigada XVII y las estructuras paramilitares que inundan la región:
· El lunes 26 de agosto de 2013, hacia las 11:00 horas, un helicóptero militar aterrizó en la vereda Arenas Altas, asentamiento de nuestra Comunidad de Paz. A escasos 10 minutos de allí se encontraba un grupo de paramilitares. Es lógico pensar que allí se estaba dando un apoyo y coordinación logística mutuas.
· El martes 27 de agosto de 2013, hacia las 6:00 horas, en la vereda las Nieves, aledaña a la vereda la Unión donde existe un asentamiento de nuestra Comunidad, un grupo de paramilitares ingresó a la vivienda del campesino JOSÉ ALBERTO MUÑOZ y se lo llevaron retenido por casi dos horas. El grupo paramilitar lo amenazó y lo ultrajó físicamente, advirtiendo que no fuera a denunciar estos hechos y que nadie debería saber que ellos estaban allí, ya que se les podrían dañar los planes que llevaban. En medio de su operativo, profirieron nuevamente amenazas contra nuestra Comunidad de Paz, anunciando una nueva incursión. El grupo paramilitar se retiró de la vivienda resguardándose en el bosque cercano y afirmando que iban a estar por allí ya que estaba todo coordinado con la fuerza pública para realizar una incursión contra nuestra Comunidad de Paz en la vereda La Unión, aledaña a ese lugar. Hay que recordar que en el filo de Las Nieves, a escasos 10 minutos de allí, hubo presencia militar desde hace varios días.
No sirve que el Gobierno le siga mintiendo al país y al mundo, negando la presencia paramilitar y su articulación estrecha y coordinada con los grupos paramilitares. No se puede tapar el sol con las manos. Y aunque nuestro clamor haya sido totalmente inútil durante tantos años, le seguimos reclamando y exigiendo porque tenemos pleno derecho a ello: PONGA FIN A SU BARBARIE, SEÑOR PRESIDENTE. BASTA YA. NO MÁS CRÍMENES, DESTRUCCIÓN Y MUERTE CONTRA UNA COMUNIDAD DESARMADA QUE YA ARRASTRA CENTENARES DE MUERTOS, POR LOS CUALES USTED RESPONDERÁ ANTE EL TRIBUNAL DE LA HISTORIA.
Nuevamente agradecemos a las numerosas comunidades que dentro del país y desde muchos países del mundo nos sostienen con su fuerza moral. Les prometemos nuevamente no ceder ante el horror.
Comunidad de Paz de San José de Apartadó
27 de agosto de 2013