Gracias en el día de hoy, en este acto tan simbólico, tan reconocido para la sociedad colombiana. Queremos saludar en nombre de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, especialmente a la Comunidad de Paz, a mujeres y hombres, valientes de una lucha, de una resistencia por la verdadera paz sin armas, la defensa del territorio, que es la misma defensa de la vida. Queremos saludar al acompañamiento internacional, a las delegaciones de varios países del viejo continente, al otro lado del océano que han podido llegar en el día de hoy, a acompañarnos, que han sido también el pilar de esta lucha en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.
Cuando nos proclamamos en el año 97, el 23 de marzo, para buscar esa protección entre nosotros mismos como campesinos y campesinas, porque vivíamos y vivimos, seguimos viviendo el abandono estatal y, fueron ellos, esas voces que nos acompañaron. Fueron ellos, esas personas solidariamente que blindaron la vida de los que hoy estamos vivos, porque en estos 28 años llevamos más de 300 personas asesinadas el 80% por la fuerza pública y los paramilitares, el 20% por la guerrilla de las farc.
Hoy, queremos decirle al mundo, queremos proclamar la verdadera justicia, hoy queremos que se reconozca a través del presidente de la república, un crimen de Estado, que se reconozca un genocidio, porque para la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, ha sido esa búsqueda de la verdad, ¿ha sido esa búsqueda de por qué nos asesinan?
No hemos hecho parte de la guerra, no hemos estado involucrado en la guerra. Hemos estado diciéndole al mundo, a la sociedad, proclamando una política de desarme como ruta de paz verdadera en nuestro país colombiano. Sabemos que La Paz no la solucionan las armas. La Paz la solucionamos cada uno de nosotros qué buscamos esa esperanza de paz, de no odio, de una búsqueda alternativa de la defensa de la vida.
La vida es sagrada, la vida no se puede quitar, la vida no se puede perder, la vida es lo esencial de nosotros, la vida no se negocia, los derechos humanos no se negocian en Colombia, pero para nosotros, los derechos humanos los convirtieron en un negocio.
La Comunidad de Paz estamos buscando que se cumpla la constitución, estamos buscando que haya un reconocimiento de la protección, especialmente de las nuevas generaciones, que no sigan viviendo lo que hemos vivido nosotros y que se blinde esta Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Que no se repita lo del 97, porque para nosotros es muy importante que luchas, que resistencias como estas en el país, campesinas, afros, como indígenas sean blindadas, sean conocidas, sean protegidas porque es la luz de la esperanza de La Paz verdadera en nuestro país. Por eso hoy, en este momento queremos decir; la masacre del 19 de marzo en la vereda la Esperanza, espacio comunitario después de las palabras del señor presidente en el municipio de Apartadó, zona bananera, para nosotros fue una retaliación a ese reconocimiento de trabajo y de lucha por la resistencia colectiva en el territorio.
Por eso hoy, queremos dejar constancia que este reconocimiento, que este acto de perdón por parte del presidente de la República de Colombia no sea solo para que se conozca, para que se reconozca este genocidio, este crimen de estado, sino para que blinde a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, que no sigamos viviendo amenazas, masacres como la que terminaron con la vida de Nalleli y Edinson el 19 de marzo después de las palabras del presidente el 18 de marzo, entonces, queremos agradecer hoy en este acto público, a toda la gente a todos los presentes que nos acompañan que conocen la situación de la Comunidad de Paz en la actualidad, que conocen el sentido comunitario y la defensa del territorio y que conocen la apuesta a enfrentarnos, a ofrendar la vida por los demás, por eso, queremos que ustedes sean el pilar de esta resistencia para las nuevas generaciones.
Muchas gracias a todos y a todas en el nombre de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.