Nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de compartir nuevamente con el país y el mundo las situaciones de agresión que nos afectan y que implican violaciones graves de los derechos humanos y ciudadanos y ponen en cuestión el respeto elemental a la misma Constitución Nacional por parte de las instituciones que nos rigen.
En las últimas semanas nuestra Comunidad organizó varias pequeñas comisiones para verificar la situación de veredas y territorios donde nuestra Comunidad tiene asentamientos de sus miembros, tanto en la zona rural de San José de Apartadó como en el municipio de Tierralta, del departamento de Córdoba. Estas comisiones recorrieron las veredas de Baltazar, Alto Joaquín, Puerto Nuevo y el puerto de Frasquillo en Tierralta, en una peregrinación que contó con acompañamiento internacional y nacional y del cual también hizo parte la Defensoría del Pueblo y su Sistema de Alertas Tempranas – SAT-. Como en todas nuestras peregrinaciones anteriores, se pudo evidenciar la alta presencia de estructuras paramilitares que controlan la mayor parte de las veredas. En las zonas de Córdoba estos paramilitares están impulsando un proyecto de energía eléctrica ilegal, el cual arranca desde la vereda La Unión-Carepa, del corregimiento de Piedras Blancas, y tienen puntos de desinformación obligatorios en casas de la población civil. También están impulsando el arreglo de caminos reales en las veredas y allí los paramilitares controlan todo, desde el tráfico de maderas hasta la misma fuerza pública, pues, según los mismos paramilitares, allí el ejército nunca entra y si lo hace ya tienen todo arreglado para que no haga nada.
Nuestra Comunidad de Paz ha tenido que sobrevivir por más 21 años en medio del conflicto armado, en el cual hemos dejado muchas vidas en el camino por defender el derecho a vivir en paz, pues la persecución y los señalamientos por parte del Estado han sido permanentes y las amenazas y agresiones por parte de los paramilitares nunca han cesado. Hemos comprobado que los grupos paramilitares no solo se mantienen en la región sino que se han expandido cooptando a cientos de jóvenes campesinos; sus estrategias guerreristas se han afianzado en la zona con más fuerza a partir del 2016, cuando se firmaron los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y las FARC-EP, por ello nuestra Comunidad no ha cesado de dejar constancias públicas de los atropellos y amenazas de los cuales venimos siendo víctimas por parte del Gobierno con sus estructuras paramilitares.
Cuando nuestra Comunidad de Paz nació, en marzo de 1997, no contaba con terrenos para trabajar y desde entonces ha venido adquiriendo algunas tierras colectivas para consolidar nuestro proceso de autonomía alimentaria. Hoy el centro de nuestra Comunidad de Paz se encuentra en San Josesito y lo componen dos fincas que son: La Cooperativa Balsamar o finca La Holandita y La Roncona, las cuales fueron adquiridas por posesión desde el año 1997, hace 21 años, cuando fueron suministradas a nuestro proyecto de vida como una salida para poder producir alimentos para nuestras familias, pues en aquel momento los bloqueos económicos por parte de los paramilitares no dejaban más opciones para sobrevivir. En las últimas semanas, la agresión contra nuestra Comunidad se ha manifestado también en intentos de quitarnos la tierra que sirve para nuestra sobrevivencia.
Los hechos de los cuales dejamos constancia son los siguientes:
• El miércoles 29 de agosto de 2018, cuando nuestra Comunidad de Paz emprendía una pequeña peregrinación por veredas de San José y de Córdoba, al pasar por la vereda Buenos Aires encontramos que hacía presencia allí un contingente de militares quienes se dieron a tomar fotografías de todos los peregrinos, violando flagrantemente el derecho a la intimidad.
• Este mismo miércoles 29 de agosto, cuando nuestra Comisión de Verificación avanzaba hacia la Cordillera, fue informada de que un poco antes había pasado una tropa de paramilitares quienes iban comentando que la Comunidad de Paz iba subiendo.
• El jueves 30 de agosto de 2018, cuando nuestra Comisión de Verificación transitaba por la vereda Baltazar del municipio de Tierralta, Córdoba, se pudo evidenciar que allí hay una fuerte presencia paramilitar, pues pudimos observar hombres armados, algunos uniformados y otros de civil, que intentaron parar por la fuerza nuestra Comisión; pertenecen a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia –AGC- y lideran un proyecto de energía eléctrica patrocinado por estos paramilitares, así como un proyecto de arreglo de caminos en el cual obligan a trabajar a los pobladores.
• El sábado 1º de septiembre de 2018, nuestra peregrinación llegó al Puerto de Frasquillo y allí se evidenció también una alta presencia de reconocidos paramilitares en trajes civiles; al mismo tiempo se comprobó un fuerte movimiento de hombres uniformados entre los civiles, quienes se transportan en embarcaciones por la represa.
• El domingo 2 de septiembre de 2018, cuando nuestra peregrinación se encontraba en la vereda Puerto Nuevo de Tierralta, Córdoba, fue informada de la presencia de 40 paramilitares que se movilizaban por la vereda Baltazar, provenientes del Río Manso – Alto Sinú.
• El martes 11 de septiembre de 2018, de las 19 horas en adelante, un grupo aproximado de 70 personas, coordinadas aún no sabemos por quién, aunque todos los indicios apuntan a los paramilitares, invadió ilegalmente una de nuestras fincas que hace parte de nuestro asentamiento central: La Roncona. Allí los daños que esas personas causaron fueron muy grandes porque ya había cultivos de cacao, plátano y yuca en producción, cuyos tallos y vástagos fueron cortados o arrancados para hacer ranchos; recientemente se había plantado un cultivo nuevo de cacao orgánico, además de plátano, yuca y frutales, entre otros, y todo fue destruido.
• El mismo martes 11 de septiembre de 2018, a las 19:00 horas, un grupo paramilitar penetró en la vereda La Esperanza, donde nuestra Comunidad de Paz tiene un asentamiento.
• El jueves 13 de septiembre de 2018, un grupo paramilitar ingresó a nuestra Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, en la vereda Mulatos Medio.
• El mismo jueves 13 de septiembre de 2018, la invasión a nuestra propiedad privada de La Roncona cesó, pues dada la presión que se manifestó desde grupos solidarios a nivel nacional e internacional, las autoridades de policía le hicieron ver a los invasores que estaban violando derechos fundamentales y se retiraron.
• El viernes 14 de septiembre de 2018, nuestra comunidad de paz fue informada de un plan que tienen las juntas de acción comunal y la Asociación Campesina de San José de Apartadó –ACASA- para invadir nuevamente nuestros predios, ya que el municipio de Apartadó no ha cumplido las promesas de comprar terrenos para la gente que carece de tierra.
• El lunes 17 de septiembre de 2018, pasó un grupo de 7 paramilitares uniformados y portando armas largas, por el paraje conocido como El Barro, de la vereda Mulatos Medio.
• El martes 18 de septiembre de 2018, fue amenazado nuevamente, GERMÁN GRACIANO POSSO, representante legal de nuestra Comunidad, ganador en la categoría Defensor del Año del Premio Nacional a la defensa de los Derechos Humanos, por vía telefónica, por el paramilitar JOHN ÉDISON GÓEZ alias “Pollo”, desde el celular 3502297376.
• La Comunidad ha sido informada en los últimos días de un plan para tomarse nuevamente la finca La Roncona, de nuestra Comunidad, para lo cual le están solicitando a las veredas aledañas de: La Victoria, San José, Mulatos, La Unión y otras, que apoyen cada una con 10 invasores.
Durante estos 21 años de resistencia, nuestra Comunidad ha experimentado numerosos intentos de exterminio, en unos períodos han decidido asesinar a un número creciente de nuestros integrantes; como la resistencia continuaba, ensayaron los cercos de hambre, privándonos de alimentos, robando todos los mercados y asesinando a todos los que mantenían comercio de alimentos o ayudaban a transportarlos; como la resistencia continuaba, ensayaron la calumnia y la difamación para tratar de deslegitimarnos ante la sociedad; como la resistencia continuaba, ensayaron el montaje judicial y trataron de hacernos aparecer como militantes de grupos armados y a no pocos les
armaron procesos judiciales espurios apoyados en falsos testigos; como la resistencia continuaba, trataron de cooptar a otras organizaciones campesinas para atacarnos e incluso las forzaron a trabajar con sus mismos victimarios; como la resistencia ha continuado, ahora intentan apoderarse de nuestros predios de subsistencia y buscan cooptar, bajo engaños, a las mismas organizaciones campesinas. La perversidad del sistema que nos rige no tiene límites.
En medio de todos estos intentos de exterminio, hemos contado siempre con la fuerza moral de quienes nos apoyan desde muchos rincones del país y del mundo. Vaya nuevamente para todas esas personas y comunidades nuestra más profunda gratitud.
Comunidad de Paz de San José de Apartadó
Septiembre 19 de 2018