«Parece que después de todo la comunidad tenía razón» enuncia la revista Semana en artículo publicado en su última entrega. Hace referencia a las afirmaciones que siempre hicimos sobre la autoría y responsabilidad del ejército en la masacre del 2005 donde fueron asesinados Luis Eduardo Guerra y su familia y la familia de Alfonso Bolívar. Hay un capitán del ejército al que se le ha dictado medida de aseguramiento. Esto es sólo una pequeña brizna de la realidad de la terrorífica alianza entre militares y paramilitares, alianza que sigue vigente y activa a pesar de todo el circo de la supuesta desmovilización. Pero la arrogancia de este pulpo de muerte no conoce límites y sigue funcionando: torturando, asesinado y amenazando con nuevas masacres. También sabemos que a pesar de esta evidencia, los medios seguirán mintiendo, tapando las barbaridades del Estado y calumniando a los miembros de la comunidad por atreverse a denunciar la realidad que vivimos en el campo. Por ello, nuevamente tenemos que dejar constancia de acciones contra la comunidad; estos hechos evidencian las graves situaciones que se están viviendo en la zona y que colocan en riesgo a la comunidad y al campesinado. Los hechos que dejamos praa que la historia juzgue son:

  • El viernes 23 de noviembre a las 7 a.m. en la vereda Arenas Altas miembros del ejército detuvieron a Efren Espinoza Goes, un niño de 10 años de nuestra comunidad. Allí lo comenzaron a golpear; por más de 15 minutos le dieron puños en la cabeza, cachetadas, lo tiraban al suelo, le decían que lo iban a matar si no decía donde estaba la guerrilla, le pasaban una navaja por los dedos y le decían que los iban a cortar para que no volviera a disparar y ya no podría ser más un guerrillerito. Le dijeron que la próxima vez lo mataban y lo soltaron. El niño se encuentra bastante golpeado; su cara y su cabeza están inflamadas después de las torturas recibidas por el ejército.
  • El sábado 24 de noviembre a las 3 p.m. en la zona del Mariano, ubicada a quince minutos de San José, miembros del ejército no dejaron ingresar a Fabio Graciano a su casa. Fabio es miembro de nuestra comunidad y fue golpeado y maltratado por el ejército. Le dijeron que se olvidara de su casa y se fuera de la zona, de lo contrario lo asesinaban.
  • El sábado 24 de noviembre hacia las 5 p.m. paramilitares, con arma larga y vestidos de camuflado, que permanecen en Nueva Antioquia le dijeron a cinco personas de la Esperanza y Playa  Larga que tenían que abandonar la zona porque en dichas veredas iban a realizar una masacre, les dijeron que estaban hablando muy en serio, que ya en Nueva Antioquia llevaban cuatro muertos en 10 días y que con ellos no se jugaba. Los paramilitares andan libremente en medio de la policía y el ejército. Efectivamente los paramilitares han asesinado en la última semana a un anciano, dos mujeres y un joven cuyos nombres desconocemos.

Es evidente la perpetuación de muerte que pretende hacer el Estado desde su accionar de tortura, arbitrariedad e implementación del paramilitarismo. Las torturas contra un niño de nuestra comunidad muestra su degradación e ilegitimidad. Las amenazas de una masacre por los paramilitares contra gente de nuestra comunidad en la vereda La Esperanza se hacen cada vez más evidentes con el apoyo de la fuerza pública.

Llamamos a la solidaridad nacional e internacional para exigirle al estado el cese de estas acciones de tortura contra miembros de  nuestra comunidad y que constituyen un crimen de lesa humanidad. Hacemos un llamado para exigir que la masacre anunciada por los paramilitares, con apoyo de la fuerza pública, no se realice. La comunidad no dará un paso atrás ni retrocederá. La tortura, la muerte, las amenazas no conseguirán que cedamos ante los asesinos y su lógica de exterminio. La comunidad no se desplazará de La Esperanza por el contrario seguiremos en la defensa de nuestra tierra y por ello seguimos en la preparación del retorno a Mulatos el próximo 21 de febrero de 2008.

COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSE DE APARTADO

Noviembre 26 de 2007