No podemos negar que, como cualquier ser humano, sentimos impotencia e indignación al registrar, semana tras semana, los hechos de muerte y los proyectos de exterminio que se afirman contra nuestra Comunidad de Paz, sin que nuestros justos clamores sean escuchados por ninguna autoridad, a pesar de que los paramilitares demuestran, cada vez con mayor audacia y descaro, que tienen el poder y que son respaldados y protegidos por todas las instituciones del Estado, unas coordinando con ellos las acciones más criminales; otras volviendo la cara para otro lado para no darse por enteradas de lo que ocurre.

Seguimos creyendo que lo mínimo que podemos hacer es  dejar constancia de toda esta barbarie, pues la humanidad no soporta por siempre lo que la destruye y llega a momentos de indignación universal en que enjuicia a quienes la hacen avergonzar de sí misma, construyendo instrumentos de justicia universal. Toda esta barbarie rompe el corazón y desgarra el alma de cualquiera que se identifique con la más elemental ética de la Vida.

Hoy registramos ante el país y el mundo estos nuevos horrores:

  • El jueves 16 de junio de 2011, hacia las 13:00 horas, en el sitio conocido como La Platanera, sobre la vía que de Apartadó conduce a San José, fue detenido por dos hombres armados que se identificaron como paramilitares el vehículo de servicio público que bajaba de San José a Apartadó y obligaron a descender del mismo a JORGE PESTANA BELLO y a JAVIER TORRES. Luego los hicieron entrar a la platanera y allí asesinaron a JORGE, a 100 metros del retén de la Policía. Luego subieron a JAVIER en un carro y lo llevaron a una vivienda rural en el municipio de Carepa, pasando por retenes del Ejército y de la Policía sin ser inspeccionados. En esa casa lo desnudaron y lo sometieron a diversas formas de tortura mientras lo interrogaban. Le preguntaban por un hermano suyo y por otras personas  a quienes tenían en una lista para matar. Permaneció desnudo y bajo torturas desde el 16 hasta el 19 de junio, cuando lo dejaron libre hacia las 15:00 horas, advirtiéndole que si abría la boca para denunciar lo ocurrido, lo matarían a él y a su familia. El domingo 19, hacia las 11:00 horas, un paramilitar en moto y armado llegó a la vereda Caracolí, donde hay un retén del Ejército, buscó a la familia de Javier y les comunicó que ellos, los paramilitares, tenían en su poder a Javier y para que le creyeran, los comunicó con él por celular, pues aún se hallaba en su poder. Les dijo que para salvar a Javier debían revelar el paradero de otras personas  que necesitaban; que, además, debían comunicarle a las personas que están en las listas de gente para asesinar, listas que ellos han leído públicamente en las últimas semanas, que pronto van a correr la misma suerte de Jorge Pestana, y que no los van a matar en Caracolí  con el fin de no involucrar al Ejército, sino en otros lugares. Luego el paramilitar se fue en su moto sin ser requisado en ningún puesto de control del Ejército ni de la Policía.
  • El lunes 20 de junio de 2011, hacia las 10:00 horas, tropas del Ejército ingresaron al asentamiento de la Comunidad de Paz en la vereda de La Resbalosa. Le dijeron a ABELARDO BERRÍO que tenía que venderles lo que ellos dijeran y colaborarles en lo que ellos pidieran; de lo contrario tendría que abandonar el territorio, pues lo iban a detener como “sospechoso por estar en esa vereda”. Abelardo les respondió que los miembros de la Comunidad de Paz no pueden colaborar con ningún actor armado y que esa vereda es su vereda y allí está su vivienda y por lo tanto él tiene que estar allí, como integrante de la Comunidad de Paz que es. Los militares le dijeron entonces que no podía denunciar lo ocurrido. Luego le robaron varias gallinas.

Estos hechos revelan la impotencia ante los poderes de muerte incrustados profundamente en el Estado y muestra cómo los victimarios actúan a sus anchas, no obstante todos nuestros clamores ante el Presidente Santos, ante los órganos de justicia, ante la Defensoría del Pueblo. Todos se han vuelto “ciegos” y “sordos” ante la barbarie que nos destruye. La fuerza moral de mucha gente en el mundo que nos acompaña con la solidaridad inquebrantable de su espíritu, nos anima a seguir haciendo de nuestros principios, sostenidos entre baños de sangre, una brizna de esperanza en una humanidad con dignidad.

COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSE DE APARTADÓ

JUNIO 21 DE 2011