Acudimos nuevamente a la humanidad y a la historia para dejar constancia de los nuevos hechos de horror a los que somos sometidos continuamente. En un descaro total en presencia del campesinado, de la Defensoría del Pueblo y organismos internacionales, la fuerza pública se ha unido en su vínculo criminal con el paramilitarismo en el corregimiento de San José de Apartadó. Los paramilitares amenazan, torturan obligan a la población civil a trabajar con ellos, asesinan, violan y siembran terror y los militares con una frase arreglan todo ‘’sabemos que aquí están los paramilitares pero nuestro objetivo no son ellos, son ustedes« manifiesta la fuerza pública. Los hechos son:

  • El jueves 2 de febrero de 2017, varios paramilitares que vienen haciendo presencia en la vereda Mulatos, en el corregimiento de San José de Apartadó, ingresaron a la vivienda de la joven Diana Guisao Hernández, a la cual amenazaron de muerte si los denunciaba ante la Comunidad de Paz; bajo esta amenaza la mantuvieron durante dos días, sin dejarla salir de la vivienda, pues dichos paramilitares durmieron en su vivienda.
  • El jueves 2 de febrero de 2017, en horas de la mañana, en la vereda Mulatos, un grupo militar ingresó a la Aldea de Paz “Luis Eduardo Guerra”, a distancia de 800 metros también un grupo de paramilitares, quedando las familias de nuestra Comunidad de Paz en medio y rodeadas por los peores criminales a los que la comunidad ha sobrevivido ya 20 años. Testigos de la presencia militar/paramilitar, son las distintas organizaciones que nos acompañan en la Aldea de Paz, además de la Defensoría del Pueblo, la cual hacía presencia en el sitio y advirtió a la Fuerza Pública de la presencia paramilitar a escasos metros, sin que ello en ningún modo generara alguna reacción inmediata por parte de los agentes del Estado. 
  • El  viernes 3 de febrero de 2017, paramilitares que vienen haciendo presencia en la vereda Mulatos, en los alrededores de la Aldea de Paz “Luis Eduardo Guerra”, se atrincheraron en varias viviendas campesinas aledañas con el argumento de que si el ejército rompía los acuerdos de amistad que tienen entre ellos y les hacían disparos, ellos no se iban a quedar quietos, pues se armaría una balacera. 
  • El sábado 4 de febrero de 2017, hacia las 6:30 horas, en la vereda Mulatos un grupo de militares se acercó a la vivienda de Diana Guisao Hernández y allí capturó a un paramilitar con toda la dotación y camuflado; los demás sencillamente se fueron. Pero, si no existen paramilitares, según el Gobierno, entonces ¿cuál será el final de este sujeto retenido?, a lo mejor en dos o tres días estará suelto. 
  • Este mismo sábado 4 de febrero de 2017, en horas de la mañana dos helicópteros sobrevolaron a una altura muy mínima las viviendas de las familias en la Aldea de Paz, en la vereda Mulatos; dicha situación creó un estado de pánico por el ruido escandaloso de los aparatos, pero además porque en esa misma área la presencia paramilitar aún permanecía. 
  • Este mismo sábado 4 de febrero de 2017, en la vereda la Esperanza miembros de nuestra Comunidad de Paz, acompañados por la Defensoría del Pueblo, constataron el arribo de una recua de mulas cargadas de víveres y alimentos conducidos a los paramilitares. Dichas cantidades tan enormes de comida transportadas hacia la vereda la Esperanza hacen pensar que no son pocos los integrantes del grupo de paramilitares que viene azotando las veredas, sino más bien contingentes paramilitares a los que la fuerza pública dejó de prestarles atención y han hecho alianzas de amistad. 
  • El domingo 5 de febrero de 2017, hacia las 12:00 horas, en la vereda Mulatos, en el paraje El Barro, fue retenido ilegalmente German Graciano Posso, miembro y Representante Legal de nuestra Comunidad de Paz, por tropas militares al mando del cabo de apellido Díaz, quien lo amenazó y lo retuvo por varios minutos bajo el argumento de que Graciano tenía orden de detención y se lo llevarían en helicóptero a la Brigada XVII del ejército nacional con sede en Carepa, Antioquia. Ante esta situación, miembros de la Comunidad que acompañaban a Graciano protestaron por la detención ilegal, a lo que el cabo contestó que ese era su objetivo y las instrucciones que había recibido de los mandos y superiores: perseguir a los miembros de la Comunidad; que a ellos no les interesaban los paramilitares, pues trabajaban conjuntamente con ellos. 

Todos estos hechos los hemos comunicado al Presidente Santos a quien hemos puesto en conocimiento de la gravedad del asunto de primera mano, pero, todo sigue de peor en peor. Ante el asedio ¿Quién nos podrá proteger?…

Agradecemos toda esa inmensa solidaridad de muchas personas que desde distintas partes del mundo nos han seguido en nuestra tragedia y nos han sostenido con su fuerza moral insobornable por más de 20 años.  

Comunidad de Paz de San José de Apartadó

febrero 6 de 2017