El 9 de agosto dejábamos constancia de hechos supremamente preocupantes contra nuestra comunidad como amenazas de muerte, mentiras y difamaciones. Hoy lamentablemente los hechos demuestran como las amenazas no son cosas del azar sino preavisos de los asesinos.
– El 12 de agosto de 2010, a las 6:45 a.m., fue asesinado ALVARO MONTOYA, él se dirigía en el carro de servicio público de San José hacia Apartado, como a cinco minutos de San Josesito en la carretera el carro fue interceptado por dos hombres vestidos de camuflado y arma larga, le dijeron a él que bajara del vehículo, ALVARO se bajo, enseguida los dos hombres le dijeron al carro que siguiera, a los pocos minutos fue encontrado su cuerpo al lado de la carretera. ALVARO vivía en San José donde tenía una farmacia y era presidente de la junta de acción comunal de San José. A tres minutos de los hechos hace presencia constante el ejército y es una carretera patrullada todo el día por la fuerza pública.
– El 13 de agosto de 2010, en horas de la mañana los medios de comunicación local han dicho que el asesinato de ALVARO fue realizado por las FARC. Además han expresado por estos medios que el asesinato ocurrió al frente de la Comunidad de Paz en San Josesito y que por lo tanto deben revisarse y mirar lo que está pasando en la Comunidad de Paz.
Esta acción de muerte deja miedo y temor en el campesinado, además de lo atroz de la situación buscan colocar nuevamente a la víctima como victimario y al victimario como víctima. De nuevo se miente para distorsionar la realidad. Se dice que fue al frente de la comunidad cuando esto no fue así y buscan con ello estigmatizarnos y desviar los hechos y la grave situación que hace meses, años venimos dejando en constancia. Todo esto bajo el amparo de estructuras de impunidad, donde la verdad no existe y esta solo es suplantada por las lógicas de mentira y muerte.
Se evidencia la acción por destruir nuestra comunidad por parte del Estado en especial por la fuerza pública. Estos hechos son formas de generar destrucción y desplazamiento del campesinado e imperar la lógica de los actores armados.
Con el temor de estas circunstancias y ante las amenazas reiteramos nuestra búsqueda por seguir construyendo diariamente caminos de vida desde acciones de paz, en contra de cualquier sembrador de muerte. Por ello toda nuestra solidaridad a la familia de ALVARO, mantendremos viva su memoria, acción constante de las víctimas contra la impunidad. Pedimos la solidaridad nacional e internacional para exigirle al Estado Colombiano el cese de todo este accionar de muerte y estigmatización.
COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSE DE APARTADO
AGOSTO 13 DE 2010