Nuevamente se reafirma la realidad de muerte y guerra que se vive en la región y que coloca en graves riesgos a la población civil, en especial a nuestra comunidad. Las mentiras con que siempre ha actuado el gobierno se siguen destapando no solo por lo de la masacre del 21 de febrero de 2005 realizada por el ejército, sino de la paz que se vive en la zona sin guerrilla ni paramilitares, las evidencias diarias muestran la situación real:

–          El  martes 2 de septiembre entre las 7 y las 9 a.m. se presentaron combates en la vereda la Esperanza entre paramilitares y guerrilla, esto a 10 minutos del lugar donde se encuentran las familias de nuestra comunidad que habitan en la vereda la Esperanza.

–          El domingo 31 de agosto entre las 6 a.m. y la 1 p.m. se presentaron combates en la vereda la Esperanza entre paramilitares y la guerrilla, esto a 30 minutos del lugar donde se encuentran las familias de nuestra comunidad de la vereda la Esperanza.

–          El sábado 30 de agosto más de 200 paramilitares hicieron presencia en la vereda Playa Larga a 20 minutos de la vereda la Esperanza, deteniendo a dos campesinos de la vereda de Playa Larga, diciéndoles los paramilitares  que los dos campesinos  eran guerrilleros y que iban a sacar a la gente de la Esperanza, Mulatos y Resbalosa pues eran puros guerrilleros.

–          Las dos últimas semanas miembros del ejército han dicho que la comunidad es guerrillera por haber velado al señor Arturo David el 14 de agosto en San Josesito. El señor Arturo David murió en un enfrentamiento con el  ejército, en la segunda semana de agosto, había pertenecido a nuestra comunidad hasta enero de 2004 cuando se retiró, la comunidad hizo público su retiro. El señor Arturo fue velado a petición de su madre quien pertenece a nuestra comunidad y luego enterrado en el cementerio de San José.

 Los casos que estamos dejando a la historia muestran la gravedad de la situación, las amenazas de los  paramilitares que han actuado con la complicidad de la fuerza pública en Nueva Antioquia y en la región de Urabá   (como lo hemos  dejado en constancia durante meses y meses)  colocan en eminente riesgo los retornos y la vida de los miembros de nuestra comunidad y demás población civil de la zona, los enfrentamientos cercanos a los lugares de la comunidad pueden ser factor de desplazamiento de las familias.

La estigmatización del que somos víctimas solo muestra la miopía de los que siembran la muerte, pues tratarnos de guerrilleros por hacer una acción humanitaria  como es dar sepultura  a un ser humano, muestra  una lógica totalmente deshumanizante. Ser sepultado es un derecho de toda persona contemplado en el derecho internacional, es una acción que hemos hecho antes y que no dejaremos de hacer, lo hicimos con el señor Wilmar Durango un paramilitar que trabajaba con el ejército, que perteneció a nuestra comunidad hasta el 2000 y que había hecho cosas horrendas contra nuestra comunidad y fue sepultado en nuestra comunidad a petición de su madre que es parte de nuestra comunidad cuando fue asesinado el 14 de diciembre de 2005 por el mismo ejército.

Los que solo actúan con la lógica de la muerte siguen creyendo que sus acciones de exterminio, estigmatización, amenazas, nos harán retroceder en nuestro principios humanitarios, de  respeto a la vida, de buscar la verdad, la justicia y la solidaridad, se equivocan totalmente, la luz alternativa nunca se apaga pues es luz viva alimentada por el sentir de toda una humanidad.

COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSE DE APARTADO

Septiembre 3 de 2008